miércoles, 8 de junio de 2016

Resoluciones del I Pleno Ordinario del Movimiento Proletario (Marxista-Leninista)

Movimiento Proletario (Marxista-Leninista) de España

A día de 16 y 17 de Abrir de 2016.

·El Congreso del Partido “Comunista” de Cuba y su acercamiento a EE.UU.:

En la resolución hay que ver cómo el revisionismo cubano se está quitando la máscara vendiéndose a los bloques imperialistas como país turístico (el turismo es su sector clave, típico de una economía burguesa). No es un “tirunfo” de Cuba sino la derrota definitiva del revisionismo, su fusión con el capitalismo internacional más definitiva.

Ese congreso marcará definitivamente a qué bloque imperialista preséntase Cuba en relación de servidumbre. (Edit.: Al final salió vencedora la línea pro-imperialismo norteamericano, de Raúl Castro y consortes).

·La Guerra de Ucrania:

Tenemos que comenzar con la caracterización de clase del grupo “comunista” más vitoreado por los “comunistas” del mundo. Hablamos de Borotba, que tiene toda la cara de ser un grupúsculo militar “nacionalista de izquierda”, que ni apoya a Yanukóvich ni a Putin, y que pretenden aprovechar la coyuntura para “una revolución”, que sin sóviets, ni partido de vanguardia, ni Frente, será un simple golpe de Estado que cambie la máquina estatal burguesa de manos pero no tenga ni los medios para destruirla ni con qué sustituirla -Poder Soviético-. Es un grupo, pues, no proletario, sino pequeñoburgués.

Desde el M.P(m-l).E. apoyamos la lucha del pueblo ucraniano por su independencia de ambos imperialismos. Si el Partido Leninista no está siendo creado, veremos en Borotba al movimiento democrático burgués por excelencia en el conflicto. Los marxistas-leninistas ucranianos no deben de dejar de organizarse ni abandonar el movimiento revolucionario en manos de otro partido u organización (como puede ser Borotba).

Desde el M.P(m-l).E. debemos de dar una caracterización marxista-leninista del conflicto ucraniano. El conflicto lo fue por una zona más de influencia para la Unión Europea, y para quitar al imperialismo ruso uno de los principales compradores de su Gas Natural. Es un conflicto de competencia imperialista por el mercado.
Se desarrolla, esa situación, en Guerra Civil y en la partición de Ucrania en “Ucrania” (Gobierno de Kiev) y “Novorossiya” (Gobierno del Dombass), que mantienen un conflicto continuado pero no constante.

El Gobierno de Kiev se caracteriza por su fascistización brutal (gobierno de gángsters, prohibición de símbolos comunistas, sean revisionistas o m-l), y el del Dombass por aprovecharse de los explotados con demagogia (llamaron a su parlamento burgués “sóviet” para conseguir batallones internacionales).

La lucha necesaria es por el Frente, el Partido m-l, y el poder soviético de verdad; por una revolución proletaria socialista. Ésta puede que acoja, en la “zona de Kiev”, una fase democráticoburguesa si ese gobierno sigue evolucionando hacia donde lo está haciendo. El conflicto imperialista debe ser aprovechado por los leninistas y las masas dirigidas por el proletariado de los dos territorios de Ucrania, y veremos cómo evoluciona ésto, si se harán necesarias luchas por la unificación en tanto que el movimiento m-l se desarrolle a la vez en ambas zonas y se coordine, o demás derroteros.

·La situación de gobierno provisional de España:

La también llamada crisis política de España. Debe de hacer ver al pueblo que a la democracia burguesa (otra forma más de la dictadura de ésta clase) le trae sin cuidado su voluntad y que a fin de cuentas son los trapicheos entre partidos burgueses los que deciden los gobiernos, y el capital quien decide su política fundamental (ocurra esta crisis o no).

·Los “Panama Papers”:

Están dejando claro que hay facciones de la burguesía: los cabeza de turco y los que no. Se está centrando la atención en éste nuevo caso de corrupción (sólo posible por el capitalismo) para desviar la atención de la lucha de clases. Sin embargo, los m-l podemos sacar en claro que en lugar de cumplir ese cometido, el caso de los papeles de Panamá demuestra a los trabajadores que las corruptelas de los burgueses se repiten. El problema de la corrupción sólo es parte del problema del capitalismo.

Es curioso que no toque ni a Alemania (que pareció financiar esa “búsqueda” de papeles) ni a los revisionistas ni populistas que no gobiernan, quienes son el baluarte de la continuación de la dictadura burguesa. Y no es que no los toquen porque no tengan esos “affairs” (que para demostrar que pueden tenerlos nos remitimos a quienes del mismo palo ideológico se hallan involucrados en los mismos, como Dilma Roussef y Lula Da Silva en el P.T.B.)., sino porque no es algo en lo que interese gastar recursos en este momento al capital.

·La crisis de Venezuela. Solidaridad con el M.V.T.C.:

La crisis capitalista en Venezuela se agudiza tomando la doble faz característica de la carestía de un pueblo que sufre la exacerbada inflación de la moneda y de las aventuras empresariales millonarias en que los burgueses de Venezuela se embarcan. La burguesía de Venezuela se ha dividido en dos, propiciando estas dos fracciones los enfrentamientos políticos entre “chavistas” y “opositores” que han marcado la historia más reciente del país desde 2005. Ambos grupos se corresponden respectivamente a los sectores de la economía auspiciados por créditos chinos y rusos, por la parte chavista, y norteamericanos por la parte “opositora”.

El tinte revisionista del hasta ahora partido indisputado, el PSUV, y sus aliados el PCV y cía, ha convertido al régimen burgués de Venezuela en un productor de frases populistas sobre la “revolución”, el “anti-imperialismo” (básicamente, situarse como prostituta de todos los bloques imperialistas y mantener el capitalismo propio intacto, pero dominado por el monopolismo del Estado burgués en lugar de por su simple anarquismo “libremercantil”), etc... Los hechos actuales vienen a demostrar que “tal revolución” no salió ni pretendió salir del marco legal burgués, ni obviamente de sus relaciones de producción características. Esa “revolución” reproduce las relaciones que mantienen a los explotadores existiendo y empoderados. Nosotros estamos contra tales “revoluciones” que sólo lo son de palabra (pues tampoco en el plano democrático burgués se consiguió mucho).

Es por ello que todo nuestro apoyo y solidaridad es para con los marxistas-leninistas de Venezuela, coaligados bajo la bandera del Movimiento Venezolano de Trabajadores Comunistas, que poco a poco crece en su lucha contra el revisionismo y el imperialismo, es decir, contra la burguesía de toda calaña y la explotación. Estamos seguros de que conseguirán éxitos heróicos en un futuro nada lejano.

¡Sin dictadura del proletariado no hay anti-imperialismo consecuente ni socialismo!

·La crisis de SYRIZA y en Grecia:

Se pone de manifiesto en qué acaba el reformismo: si un partido reformista como lo fue SYRIZA y como lo es Podemos, IU, etc... intenta, en la máquina estatal burguesa, luchar contra la burguesía, acabará arrodillada y escaldada respecto al imperialismo, en este caso, europeo. El cambio de discurso de SYRIZA es análogo al de Pablo Iglesias, con la salvedad de que los primeros dejaron su jerga “izquierdista” tras fracasar después de la toma de poder, y los segundos lo están haciendo antes de ésta (¿desde cuándo no usan en mitines ni discursos públicos los burócratas de Podemos sus conceptos antimarxistas de “casta”, “precarieado”, etc...?).

En la situación griega, SYRIZA se ha convertido en el partido Kadete griego, y Tzipras en una caricatura de Alexandr Kerenski. Ante éste partido, fragmentario y revisionista-oportunista, se oponen en teoría los del K.K.E. (partido “comunista” griego), quienes son gerentes de una política socialdemócrata, electoralista y cuando no, economicista-tradeunionista. No están preparando los medios de la insurrección proletaria, sino que en lugar de eso y al estilo de sus colegas españoles del P.C.P.E., se están perfilando como un gran sindicato, mas un pésimo partido de “vanguardia”.

Ante el K.K.E. se está levantando a su vez el llamado “K.K.E. (1918-1955)”, o “Anasintaxi”, partido que dice defender a Enver Hoxha y a Nikos Zakariadis (marxista-leninista griego, secretario general del K.K.E. que Nikita Jrushchov destruyó para sustituirlo por el actual desde 1956). Conociendo sus resoluciones y demás, no podemos decir que sea tanto revisionista como vacilante. Sus relaciones internacionales con partidos revisionistas como el P.C.E. (m-l) (que peca de republicanismo burgués y de no actuar entre las masas correctamente) lo delatan como tal, pero sus artículos sobre el gobierno griego, la guerra de Siria, etc... son sumamente interesantes.

Sin embargo, hacen nula autocrítica de las desviaciones izquierdistas que el primer K.K.E. tuvo en la guerra civil griega, cuando se rindieron a la intervención imperialista extranjera dejando la guerra al principio en manos de estas potencias angloamericanas, y organizar después algunos levantamientos marcados por el luxemburguismo, ajeno al leninismo. Y es curioso que Zakariadis en su día sí que hiciese esa autocrítica, junto a la mayor parte del viejo K.K.E.

La crisis en Grecia no está cerca de solucionarse. Mientras que se desarrolla la charlatanería revisionista y burguesa, y los oportunistas luchan entre sí por los puestos del gobierno; el pueblo trabajador griego se hunde cada vez más en la miseria. El gobierno revisionista-burgués no ha cumplido si quiera el programa mínimo de su programa reformista, desenmascarándose por completo. ¿Cómo iba a triunfar un programa que hacía a los magnates europeos del capital perder tiempo y no solucionaba los problemas del pueblo trabajador ni de su vanguardia proletaria? El ejemplo griego muestra una vez más el completo fracaso de los revisionistas. Todo aquel que se aleje del prisma marxista-leninista está condenado irremediablemente al fracaso. Ni los revisionistas de la K.K.E. ni los revisionistas de SYRIZA traen (ni pretenden traer en realidad) ninguna solución para la clase obrera.

Engañar a los inconscientes y desinformados es posible, pero a los comunistas y a los obreros conscientes, que influencian de hecho a los anteriores, no. Todos aquellos que renegaron del pasado revolucionario de los Partidos Comunistas después del putsch jrushchovista se condenaron al precipicio directamente, pese a las advertencias de los marxistas-leninista de entonces. Como ya avisó Enver Hoxha, la burguesía y los revisionistas modernos (fundidos con la socialdemocracia) han tocado muy rápido los clarines de la victoria, pero no saben que el capitalismo no tiene ninguna salida, ni reforma, solo su superación a través de la revolución. Una revolución que nace de las propias condiciones que emanan del imperialismo por su propia evolución. Tampoco tienen salida los revisionistas de diferente calaña. Lo único que pasará tarde o temprano es el desenmascaramiento total del oportunismo y su bancarrota, organizándose finalmente, la revolución proletaria socialista dirigida por el verdadero partido marxista-leninista. Y ésto, como muestra el colapso de experiencias revisionistas, está ya comenzando.

·Declaración de intenciones con la O.C.F.:

Desde el Movimiento Proletario (marxista-leninista) de España hacemos un llamamiento a la Organisation Communiste de France para unir esfuerzos en la lucha común contra el capitalismo en su fase imperialista, el revisionismo y la contrarrevolución.

Son los principios los que nos unen, ¡dejemos que ésta unión se satisfaga igualmente sobre la práctica y el trabajo conjunto!

Desde el M.P(m-l).E. proponemos a los camaradas franceses de la O.C.F. que nos coordinemos para fortalecer el movimiento revolucionario en España, Francia y el mundo, gracias al apoyo mutuo y la resolución conjunta de problemas.

·La ICOR, la guerra de Siria y Rojava, y el Estado Islámico:

Desde el M.P(m-l).E. vemos a la ICOR como una internacional revisionista, de claudicación ante la intrusión de la ideología burguesa en el comunismo, organizando esta claudicación en el plano mundial:

“La ICOR agrupa a partidos y organizaciones con igualdad de derechos que son muy diferentes respecto a su tamaño, las experiencias prácticas, organizativas y políticas, las raíces históricas ideológicas, su tarea estratégica y a las condiciones socioeconómicas. Deben colaborar respetuosamente y aprender mutuamente para su lucha común.” (Estatutos de la ICOR, II Congreso Mundial, 20 de enero de 2016).

Desde luego, ¿qué objetivos comunes puede tener un maoísta, que pretende dejar la revolución burguesa a la mitad del camino, con un marxista-leninista, que pretende todo lo contrario? ¿Qué objetivos comunes pueden tener quienes defienden la alianza a largo plazo con la burguesía y quienes ponen de manifiesto que la existencia de ésta es incompatible con la construcción del socialismo? Naturalmente, a medio y largo plazo, ninguno. Y es precisamente una alianza de principios y de objetivos estratégicos lo que debe unir a los Partidos en una Internacional.

Que los “hoxhistas” (a pesar de quienes defendemos de verdad a Enver Hoxha) del “P.M.L.(R.C.)” se unan a la horda de partidos maoístas y revisionistas que se dan cita en la ICOR so pretexto de “aliarse en la revolución democrática internacional” es hacer gala de una actitud nada digna de un partido marxista-leninista.
Algunos militantes de este partido “argumentan” que la ICOR no es una Internacional. No, en efecto, sólo es una coordinadora mundial de partidos y organizaciones que tiene unos estatutos a cumplir por las secciones de la misma (¡sí, sí! ¡secciones!), celebra congresos, etc...

En efecto, sus estatutos nos sorprenden con una serie de delegaciones internacionales que coordinan el trabajo entre unas secciones/partidos afiliados que sólo tienen que reconocer la autoridad de los Congresos de la ICOR, sus estatutos, etc... ¡Qué va a ser una internacional!

Además, aunque digan que cada partido es de ideología diferente (lo que nos parece a su vez una desfachatez), bien que arguyen en sus estatutos que “no vale atacar al maoísmo”, equiparándolo falazmente al “estalinismo” cuando tantas mentiras y ataques burgueses, deformaciones teórico-prácticas, etc... se ha marcado el primero contra el segundo:

“... una clara línea demarcatoria frente al revisionismo, trotskismo y anarquismo, así como a cualquier forma de anticomunismo como los ataques hostiles y la instigación burguesa contra el llamado "estalinismo" o "maoísmo" y la dictadura del proletariado” (ídem.).
¿Y qué harán allí mas que claudicar ante el revisionismo los buenos de R.C.? Si bien es cierto que no mandaban militantes a Rojava por su cuenta, sí que éstos “se les iban” a causa de las vacilaciones de R.C ante la ICOR y el maoísmo. Y llegaron, de hacer bien poco en España, a colaborar con los milicianos (maoístas o trabajadores sin partido, etc...) de Rojava, donde no pueden hacer denuncia práctica alguna del revisionismo ni redirigir a las masas a la revolución.

Respecto a la guerra del pueblo kurdo, por cómo se ha organizado y las corrientes que lleva a la cabeza, la definimos como una guerra democrático-burguesa que ha tomado la envoltura de guerra de liberación nacional. El deber de los marxistas-leninistas del Kurdistán es hacer que el proletariado dirija la lucha de liberación nacional, se gane a las amplias masas campesinas y semiproletarias, y las consiga llevar a la lucha por la dictadura del proletariado. Sin embargo, el P.K.K. está bien lejos de conseguir ésto, optando por tácticas voluntaristas, de colaboración abierta y acrítica con la burguesía nacional, y de desmantelamiento de la sustitución del Estado burgués por el Estado proletario, optando por una serie de medidas casi titoístas sobre la cuestión estatal, que los llevan a políticas antiobreras como la “autogestión”. Una táctica como ésta no puede obrar ninguna estrategia que a largo plazo beneficie al pueblo kurdo. Además, alejar su lucha de la lucha por la revolución proletaria en los territorios que esa zona ocupa (norte de Siria, parte de Iraq, etc...) sería un gran error. La lucha nacional debe de ser supeditada a la lucha de clase, y no viceversa.

Desde el M.P(m-l).E. apoyamos las luchas del pueblo trabajador de todas las zonas en conflicto que comprenden el territorio del Kurdistán, dividido en diversos Estados.

Para terminar, el M.P(m-l).E. condena al Estado Islámico como un instrumento de la reacción en Oriente Medio y el mundo, pero ve los atentados atribuidos al ISIS en Europa como una consecuencia de la injerencia imperialista, que provoca el sufrimiento de inocentes tanto en la zona en conflicto como en los países metrópoli. Ahora más que nunca el proletariado europeo y norteamericano debe abandonar el simplismo chovinista y nacionalista para unirse contra sus Estados imperialistas respectivos, en pos del internacionalismo proletario verdadero.

El pueblo trabajador francés debe recordar que fue el mismo Estado francés (junto con la U.E. y Estados Unidos) el que colaboró con el ISIS (así como EE.UU. lo hizo con su partero -del ISIS- Al Qaeda tiempo atrás) debido a unos intereses que se relacionaban a corto plazo con sus propios intereses imperialistas para luchar contra su enemigo también imperialista, Rusia, que tenía el control del régimen de Al Assad. Al igual que con el caso de Hitler en la II Guerra Mundial, resultó a largo plazo que conforme más cebaban al ISIS, ésta se envalentonaba más y actuaba por su propio pie, para erigirse como potencia explotadora en la zona en detrimento de sus ex-aliados y sus enemigos del principio. Y es entonces cuando se desboca y quienes un día antes les abrazaban, acunaban y armaban, ahora dan la voz de alarma para aplastar a la “amenaza terrorista”, que, mientras va en interés de su propio imperialismo, no es tal.

·Los atentados en Europa y la crisis de los refugiados:

Desde el M.P(m-l).E. consideramos que la crisis de los refugiados está llevando a la fascistización de Europa y Estados Unidos, al hacer aflorar la vena más chovinista de la burguesía de éstos países (pues está claro que la crisis de los refugiados en Europa repercute en las políticas de su adalid norteamericano).

Esta crisis, provocada por los conflictos imperialistas en el mundo, es uno de los productos más peculiares del desarrollo que hoy por hoy toma el imperialismo mundial, la deslocalización de empresas, las multinacionales, la división internacional del trabajo, etc... Y como tal, consideramos que la afluencia de refugiados a los países metrópoli hará que el ejército industrial de reserva se aumente, disminuyendo el salario y agudizándose las contradicciones capitalistas, entre trabajo y capital, entre países imperialistas y colonias, y entre los diferentes países imperialistas (como se ve hoy día con motivo de las diferentes políticas sobre los refugiados que llevan los países de la U.E.). La crisis de los refugiados se hace notar tanto cuando éstos entran en un país metrópoli de acogida, como cuando los hacinan en campos de concentración a las afueras de las fronteras de los mismos. Es, por tanto, una confesión que nos da la vida diaria de que el capitalismo ha llegado a un nivel de irresolución de sus contradicciones que vuelve a ponerse de manifiesto la unión de los explotados, sea cual sea su procedencia y demás, contra los explotadores en los países imperialistas y por la liberación en los países dependientes o neocolonizados.



La crisis de los refugiados se ha unido con la injerencia del Estado Islámico en Europa a base de atentados autoreconocidos. Ésta injerencia ha servido de pretexto para que los burgueses de Europa “pierdan la fe” en los refugiados, o al menos, busquen excusas para intentar atravesar el callejón sin salida en que se encuentra el capitalismo: pretenden que los refugiados no pasen de las fronteras para que no afecten al “status quo” de la aristocracia obrera europea que en la mayoría de países ya estaba comenzando a desmoronarse por su propio pie, pero sin embargo, esa táctica burguesa de evitar que entren los refugiados a su país lleva al hacinamiento entre fronteras de esta masa furiosa y hambrienta a la que tanto temen, pues puede ser una reserva muy potente de la revolución proletaria en cualquiera de los países de Europa central y del Este (donde esta crisis se concentra).

A la burguesía le interesa y no le interesa el aumento del ejército industrial de reserva en sus países de origen. Les interesa porque disminuiría el salario pero no les interesa porque agudizarían las contradicciones capitalistas que llevan a su perdición definitiva, en su propio país, cuando esta burguesía puede extraer superbeneficios de la explotación neocolonial de los pueblos.

Los atentados del ISIS parecen haberse dejado ocurrir (en el caso de Bélgica, su policía secreta conocía por otros servicios de inteligencia del mundo la intención y localización de los terroristas) para tener una excusa con motivo de afianzar la intervención en las zonas de conflicto imperialista de Oriente Medio.
La gran curiosidad es que los atentados de París, de Bélgica, etc... no fueron provocados por gente refugiada, sino por residentes y nacidos en el país en cuestión. Otros defensores de la explotación se oponen a la entrada de refugiados (para encubrir el motivo inconsciente fundamental; evitar que afecte a su statu quo de la “pacífica explotación”) poniendo el caso de una violación que supuestamente cometió un refugiado o un grupo de éstos en Alemania, lo que ocasionó grandes protestas y el resurgir del movimiento neonazi en el país. Si tomásemos en realidad las violaciones cometidas antes de llegar los refugiados con las de después, esa gentuza se daría con las estadísticas en las narices.

Para finalizar, hay quienes no se oponen a los refugiados, se solidarizan con ellos, y olvidan tanto la perspectiva de la revolución (sólo alegan en pos de “los derechos humanos”, etc... sin olvidar que cuando entren al país, la gran mayoría formará parte del ejército industrial de reserva y estarán explotados), o bien quienes dicen que “se les está tratando con preferencia una vez entran en el país”. Los argumentos para esto último son bastante pobres, ya que se basa en una abstracción de todos los casos: sólo conocen el caso entre mil de aquél que ha conseguido subsistir con un empleo de la pequeña burguesía media y olvidan a los que perecen a causa del hambre y las enfermedades o consiguen (si pueden) un empleo paupérrimo.

La revolución proletaria debe ser el objetivo estratégico fundamental de los partidos leninistas del “viejo continente”, que han de luchar por unir los esfuerzos de los explotados contra el capital y aprovechar las revueltas de los refugiados en las fronteras como reserva de la revolución proletaria en su propio país.
Desde el M.P(m-l).E condenamos la objetiva fascistización de la democracia burguesa (marcada en leyes como la de extranjería de Suiza, la ley mordaza de España, la ley sobre la entrada de refugiados de Polonia y Hungría, etc...), a la que se lleva por la agudización de las contradicciones imperialistas que tomó la forma de la guerra de Ucrania, la crisis de los refugiados y la progresiva depauperación de los trabajadores y la proletarización a la que lleva el capitalismo ineluctablemente sea cual sea su máscara.

Desde el M.P(m-l).E. nos solidarizamos con la difícil situación de los miles de refugiados en Europa y el mundo, y alzamos el puño por la única solución posible, la dictadura del proletariado.

La burguesía está en un callejón sin salida; no pude “solucionar” un problema relativo a la explotación del trabajo por el capital sin hacer que el remedio le sea más perjuicioso que la enfermedad. Tenemos un ejemplo con el caso del fascismo, el que aunque esconda (a diferencia de la democracia burguesa) la explotación capitalista con el manto del enemigo más visible de la camarilla militar gobernante, es más inestable al agudizar los males del pueblo trabajador y los medios con que éste puede defenderse y atacar al régimen burgués.

·El ascenso de Donald Trump en EE.UU.:

Donald Trump es la encarnación de esa fascistización que hemos comentado en la resolución anterior. Este burgués y fascistófilo, haciendo gala de un discurso que le es propio como parte integrante del gran capital financiero que es, trata de ganarse a las masas trabajadoras alienadas de EE.UU. Parte de estas masas trabajadoras estadounidenses han llegado a esta situación de alienación por la propia enajenación, degeneración y agonía que reina en el capitalismo estadounidense pese a las prédicas falaces del “American dream” (el sueño de los explotadores y la pesadilla de los explotados, claro).

Por la otra parte, con el mismo penoso discurso populista y “hollywoodiense”, la facción burguesa de la rama “demócrata”, trata de encauzar la indignación de ciertos sectores del pueblo estadounidense, hastiados por las guerras imperialistas, la corrupción propia del capitalismo, etc., hacia la obtención de votos para postergar la dictadura de la burguesía bajo su forma “democrática” (que no puede vivir sin la alienación de las masas y es suplantada por el fascismo casi tan pronto como ésta alienación desaparece, como se ve también en el “lejano” ejemplo de Turquía con el régimen de Erdogan).

Toda ésta fantasiosa “lucha” entra el “dividido” pueblo estadounidense polarizado entorno a los dos partidos que comunican los medios burgueses, están muy lejos de reflejar la realidad. Ya que verdaderamente más del 40 por cierto del pueblo no cree en las mentiras de la dictadura burguesa, y desconfían en el sistema democrático-burgués norteamericano (véase las elecciones del 6 de noviembre de 2012).

Los revisionistas del partido “comunista” de los Estados Unidos de América debido a su eclecticismo teórico y práctico han llegado a fondo del lodazal revisionista, hasta tal punto de apoyar pública y abiertamente a los imperialistas norteamericanos (véase sus numerosos respaldos en las últimas décadas al Partido Demócrata).

Las masas populares estadounidenses explotadas y oprimidas demandan un verdadero cambio en la situación actual que solo lo podrá dirigir el partido vanguardia. Ante tal situación urge el partido marxista-leninista en los Estados Unidos de América para que desenmascare esta situación y canalice la energía del pueblo trabajador americano hacia su verdadero enemigo: el imperialismo mundial.

El M.P(m-l).E. llama a la lucha del pueblo trabajador norteamericano contra el fascista Donald Trump y la explotación capitalista en general. Llamamos a que los marxistas-leninistas que operen en EE.UU. no desconecten la lucha del primero con la segunda y consecuyan la dictadura del proletariado en base a la estrategia y tácticas del marxismo-leninismo, de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Hoxha.

·La cuestión catalana:

Desde el M.P(m-l).E. consideramos que la situación en Cataluña es producto del desarrollo interno de las contradicciones del capitalismo, y el proceso de Artur Mas y cía, una respuesta originada en la burguesía para atraer al pueblo a un movimiento nacional que, mientras siga bajo la dirección de los capitalistas, no hará más que alternarse como un simulacro tras otro de independencia, quedándose a mitad de camino y no acabando nunca. No cabe olvidar que la burguesía española está constituida también por la burguesía catalana; es decir, que los explotadores del pueblo trabajador catalán siempre han servido a los explotadores del resto del Estado.
El problema básico es si Cataluña puede ser considerada una nación, y, en base a eso, una nación “oprimida por la burguesía española” (aunque no estemos de acuerdo con deslindar a la burguesía catalana y a la del resto de España). Stalin definía la nación de la siguiente manera:

“Nación es una comunidad humana estable, históricamente formada y surgida sobre la base de la comunidad de idioma, de territorio, de vida económica y de psicología, manifestada ésta en la comunidad de cultura. Además, de suyo se comprende que la nación, como todo fenómeno histórico, se halla sujeta a la ley del cambio, tiene su historia, su comienzo y su fin. Es necesario subrayar que ninguno de los rasgos indicados, tomado aisladamente, es suficiente para definir la nación. Más aún: basta con que falte aunque sólo sea uno de estos rasgos, para que la nación deje de serlo.” (J. Stalin, “El marxismo y la cuestión nacional”, 1913).

Hagamos un repaso. ¿Tiene Cataluña, al igual que Euskadi y Galicia, un idioma claramente propio? Sí. ¿Tienen una comunidad de territorio? También. ¿Y de cultura? Igualmente sí. Ahora bien, ¿qué ocurre con la comunidad de vida económica? Está claro que la hay, es decir, que aunque mantenga unas condiciones de vida análogas a las del resto del Estado español, el tipo de desarrollo de la industria y las ramas de la producción en cada territorio ha marcado una especialización de la vida económica de cada territorio que compone España.
Joan Comorera nos decía que:

“España es un Estado imperialista, decía José Díaz. El problema nacional no es secundario, sino principal, y su solución no es posible considerarla aparte de la solución de los problemas que plantea la revolución proletaria. Cataluña, Euskadi y Galicia son tres nacionalidades oprimidas por el imperialismo de España. Y estas tres nacionalidades tienen el derecho inalienable a resolver por sí mismas sus destinos, a unirse con España, a separarse de España, si ésta es su voluntad. Y nosotros, comunistas, afirmaba José Díaz, tenemos el deber de ayudar a estas nacionalidades, de defender su derecho de utodeterminación, porque un pueblo que oprime a otro pueblo no puede ser libre, y nosotros queremos, de verdad, una España libre.” (Joan Comorera; “José Díaz y la cuestión nacional”, 1942).

Sin embargo hoy, después del proceso burgués de la “transición”, no podemos dejar de ver a España como un país “multicéntrico”, es decir, un país en el cuál la burguesía pertenece a todas las naciones que componen el Estado español. No se da, pues, la dominación de la burguesía de una nación respecto al resto de naciones. Mas ésto no hace más que acrecentar el carácter de clase del problema nacional.

El movimiento nacional debe de solucionarse mediante la lucha de clases, es decir, la lucha del proletariado debe ser reconducida a abandonar la bandera de la burguesía, la bandera del nacionalismo, para preparar la insurrección socialista en cuanto más territorio mejor. El proletariado y las masas trabajadoras catalanas deben de unirse al del resto de España en su lucha contra el enemigo común, la burguesía. La tarea de los marxistas-leninistas consiste en realizar la denuncia práctica del nacionalismo, anteponer a éste la autodeterminación de los pueblos, y hacer que el proletariado catalán se desencante con la “independencia nacional” que conseguiría bajo la dominación de la burguesía, que vea los simulacros con que esta clase burguesa, vacilante e incapaz de dirigir un movimiento democrático-burgués, traiciona a las masas. Además los leninistas tenemos que luchar por concienciar al proletariado de que su triunfo sólo en una zona relativamente pequeña del país sería prontamente debilitado, siendo así por la facilidad que tendría para ser sitiado y porque dejaría instituciones burguesas, de dictadura burguesa, intactas en el resto del territorio. Con ésta advertencia leninista al proletariado catalán se conseguiría que el proletariado de toda España luchase efectivamente por su liberación completa contra la explotación del capital.

Desde el M.P(m-l).E. consideramos que la teoría burguesa-expansionista de la C.U.P. según la cuál hay que “crear los Països Catalans” de forma forzada, es decir, que Cataluña se anexione Valencia (sea con o sin permiso del pueblo de ésta e independientemente de las relaciones de producción) tiene que ser denunciada. Otra cosa sería que ambos pueblos ejerciesen su autodeterminación de forma que quisiesen unirse en un sólo territorio.
Desde el M.P(m-l).E. llamamos al proletariado de toda España a unirse bajo sus intereses comunes para luchar contra sus explotadores, verdadera causa del malestar que padece.

Consideramos que, sin embargo, de conseguirse finalmente el triunfo del proceso soberanista en Cataluña, su proletariado debería luchar por instaurar allí la dictadura del proletariado y arrastrar tras el ejemplo al resto de proletarios y masas trabajadoras de España, para finalmente unir sus esfuerzos bajo una dictadura del proletariado conjunta. Pero comprendemos que, mientras ese triunfo del soberanismo no se de, el proletariado catalán nunca debe de dejar de unir sus fuerzas con el del resto de España.


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Todo ésto se desarrollará mejor en el I Congreso de este verano, en nuestro próximo programa.




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